LUIS FRIAS LEAL
BAILAR EN EL CIELOBenito Greene Arte Público - 14
Arte en Escala Urbana - Cuarta Edición
Curador Invitado: Doreen A. Ríos
Agosto 2022
Descripción de la Obra:
Alguna vez pensé que el cielo es un espacio compartido, que, al voltear a verlo, une a los que en ese momento están viendo. ¿Cómo se forma la identidad en una ciudad fronteriza? Los personajes que forman mi pieza, Manilargos, surgieron a partir de trabajar con artistas escénicos especialmente de danza contemporánea, son una celebración de la vida. Bailar juntos y ser simultáneos. A la vez son una reflexión acerca de conformación de la identidad. Similar a una conversación, estos dibujos son el resultado de encuentros con lo “otro”. Surgen de dibujar al azar sobre las hojas de revistas pensando ¿qué información queda dentro del cuerpo y cuál fuera? Una visualización de la idea de Octavio Paz: “todos los otros que nosotros somos”. Estos cuerpos cargan y muestran su configuración momentánea en la piel.
En algún momento, los Manilargos pasaron del cuerpo al dibujo, y volvieron al espacio como esculturas. Al preguntarme ¿qué información es pertinente poner en el cielo? en un espacio público, pensé que podría ser muy oportuno suspender los cuerpos en el cielo. Simulando esa posibilidad de encuentro simbólico, para invitar a las y los habitantes de la ciudad que, al voltear a ver sentir la posibilidad del encuentro, de conversar, de conocernos, de querer convivir en un espacio y situación casi mágica que ayuda a construir quienes somos.
Alguna vez pensé que el cielo es un espacio compartido, que, al voltear a verlo, une a los que en ese momento están viendo. ¿Cómo se forma la identidad en una ciudad fronteriza? Los personajes que forman mi pieza, Manilargos, surgieron a partir de trabajar con artistas escénicos especialmente de danza contemporánea, son una celebración de la vida. Bailar juntos y ser simultáneos. A la vez son una reflexión acerca de conformación de la identidad. Similar a una conversación, estos dibujos son el resultado de encuentros con lo “otro”. Surgen de dibujar al azar sobre las hojas de revistas pensando ¿qué información queda dentro del cuerpo y cuál fuera? Una visualización de la idea de Octavio Paz: “todos los otros que nosotros somos”. Estos cuerpos cargan y muestran su configuración momentánea en la piel.
En algún momento, los Manilargos pasaron del cuerpo al dibujo, y volvieron al espacio como esculturas. Al preguntarme ¿qué información es pertinente poner en el cielo? en un espacio público, pensé que podría ser muy oportuno suspender los cuerpos en el cielo. Simulando esa posibilidad de encuentro simbólico, para invitar a las y los habitantes de la ciudad que, al voltear a ver sentir la posibilidad del encuentro, de conversar, de conocernos, de querer convivir en un espacio y situación casi mágica que ayuda a construir quienes somos.
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